Txipiron de anzuelo, ¿clandestino?

El caso del txipiron de anzuelo es conocido por todos; un producto de calidad, de temporada, principalmente se pesca entre junio y octubre en el mar Cantábrico. Un pescador sale de madrugada en su bote, la mayoría de las veces se trata de marineros jubilados que han encontrado no solo una forma de sustento económico sino una fórmula para seguir en activo tras muchos años de faena en el mar. Aunque cada vez son más los jóvenes que salen a pescar empujados por la crisis. La mayoría de la veces cada uno tiene su propio restaurante al cual abastece. Esta realidad se conoce, socialmente se acepta pero no existe una legislación. El comensal sin embargo se sienta en la mesa y pide txipiron de anzuelo, fresco, no vale cualquiera. Existe una demanda para el producto de calidad pero no hay leyes para estos pescadores que no pasan por la cofradía de sus respectivos puertos.

El restaurante compra a un precio más elevado, casi de forma clandestina, por el valor añadido que tiene recibir un producto recién pescado bajo la conjunción de mareas, lunas y caladeros.

El excedente se lleva a las lonjas pero se equipara en precio, mucho más bajo, a los de otros productos congelados o pescados de forma menos artesanales. Estos peces no se diferencian en el mercado. Hay quien se pregunta si puede suponer la posible desaparición de algunas formas de pesca sostenible artesanales. Los barcos que faenan bajo el amparo de la cofradía tienen sus leyes, los barcos de recreo también pero hay un vacío legal para los pequeños pescadores.

Esta entrada fue publicada en Sin categoría y etiquetada , , , , . Guarda el enlace permanente.